El dinero y como obtenerlo

El cristiano y el dinero

Comencemos con ese versiculo en 1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Este versiculo nos dice que raiz, la raiz es la parte principal de un todo como en el caso de los árboles. Los dentadura tiene una raíz que se afianza en la mandíbula y nuestro cuerpo tiene diferentes sistemas que son como raíces dentro nuestro, ejemplo de ello son las venas que van por todo el cuerpo y que sin ellas no podríamos vivir.

Con estas palabra la Biblia nos enseña que no debemos poner nuestro amor en el dinero debido a que esto nos dañara en varias formas. Aunque no dice que no debemos querer tener el dinero que necesitamos para tener una vida digna, con calidad y por medio del trabajo diario honesto.

Cuando de dinero se trata muy seguramente la fe le falta  al cristiano. Anhela resolver sus problemas monetarios y confiesa tener fe en que Dios va a dar la provisión; pero en realidad en su corazón duda, dudamos y queremos hacerlo en nuestra fuerza sin esperar la bendición de Dios.

Hay varios principios bíblicos que van a ayudar a las personas a fortalecer su fe en Dios. Principalmente aquellas que no ejercen un ministerio cristiano completamente o no lo tienen. Todos somos llamados a servir a Dios de diferente manera, todos no somos pastores, ni maestros, ni..., pero todos tenemos el deber de compartir la palabra de Dios evangelizando a aquellas personas que conocemos y que no tienen a Cristo en su corazón. 

Los versículos que anteceden a 1 de timoteo 6:10 nos dicen:
6:6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 
6:7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 

6:8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 

6:9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 


Estas y otras normas son las las que los ministros cristianos deben seguir. Están llamados a testificar con su fe, especialmente en la provisión que da Dios a sus hijos.

"Pienso personalmente que todo cristiano tiene, puede y debe pasar por las pruebas que Dios determina para cada uno. La formación de nosotros como cristianos comienza con las pruebas cuando conocemos al Señor y tratamos de hallar una solución a los problemas sin salida que se nos presentan. En esos momentos Dios trabajo en mi carácter, en toda mi vida personal y familiar, rompiendo cadenas y ataduras que venían algunas de generación en generación. Ser pasada por el molino de Dios y aceptar ese molino me dio crecimiento y comprensión de muchas cosas que se estancaron constantemente en mi vida. Me fortaleció para soportar muchas cosas que no eran aceptadas por mi antes de ser cristiana, porque la dureza de corazón no dejaba que tuviera misericordia. Cuando entendí los propósitos de Dios para muchas cosas por medio de su palabra, la iglesia y las pruebas, mejore como persona y aprendí a perdonar." 

El dinero es escaso en muchas ocasiones y hay que trabajar duro para ganarlo, por eso las personas tienden a atesorarlo, a no querer gastarlo, ahorrar más de lo necesario y evitar darlo a menos que sea muy necesario.

Cuando contamos con la bendición de Dios siempre hay abundancia, debemos ser cautos, pero tratar a los demás con la misma dignidad y respeto que nos gusta para nosotros mismos.

Cuando se retiene más de lo debido, se tienen favoritismos o no se gasta racionalmente se pierde la bendición. No debemos tomar la actitud mundana de querer que los menos favorecidos económicamente o ministerialmente se tengan en poco, anden detrás de los que tienen la autoridad y el dinero para recibir ayudas o ser favorecidos en la enfermedad o necesidad económica de forma poco decorosa y como si se pidiera limosna. 

La biblia también nos habla al respecto en 1 Juan 3:17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 

La iglesia dará cuentas a Dios de cómo maneja sus finanzas y es responsabilidad de ella administrar los dineros que se reciben de ofrendas y diezmos. Nosotros como cristianos debemos dar cuenta de cómo administramos el dinero que ganamos y si lo ganamos honradamente, en qué gastamos el dinero y si lo gastamos sabiamente.

Debemos tener como un sello en nuestro corazón la palabra de Dios, saber que confiadamente podemos llegar al trono de la gracia y no solo clamar misericordia, sino pedir todo lo que necesitamos. 

Dice en Isaías 58:9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; 
58:10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. 

58:11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. 


Son promesas eternas, Dios no miente y dice su palabra que busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia y lo demás nos será añadido. Dios conoce las añadiduras que necesitamos, solo debemos afinar nuestro ser entero a lo que quiere de nosotros, a lo que nos da y veremos su Gloria en toda su plenitud y recibiremos provisiones muchísimo más abundante de lo que esperamos.

Sólo debemos creerle a Dios, saciar nuestro corazón con su palabra, aprender todo lo que Dios nos habla por medio de la Biblia, la iglesia y guiarnos por el Espíritu Santo de Dios. Pedir como conviene no lo sabemos, pero el Espíritu Santo nos guia a toda verdad.

En el libro de Santiago 4:2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 
4:3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.  

Que dura es esta palabra, pero tan real en ocasiones. Por esta y otras razones Dios cierra sus oídos a los pedidos de los hombres. Porque muchas veces pedimos mal, para deleites, para la carne, para ser contenciosos, para sentirnos bien y más que los demás y Dios no se agrada en la vanidad, en lo que no aprovecha.

Nosotros como cristianos sabemos que nuestro Dios suplirá conforme a sus riquezas en gloria y dice en el libro de los salmos, Salmo 37:25 Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. Es y debe ser una palabra rema para nosotros. 

"Dios no me desampara, ni he tenido que mendigar hasta el día de hoy. Por su gracia a dado sanidad a mi vida y a mi familia, dandome esa provisión inagotable y abundante siempre; a pesar de dificultades y muchas circunstancias siempre ha habido alimento en mi mesa y no ha faltado el vestido, médicos, medicina e incluso dinero y mucho más."

¿Piensas o meditas en si lo que estás pidiendo a Dios, esta en su voluntad o simplemente piensas en lo que quieres; sin importar lo que Dios quiere para tu vida? Esta pregunta y otra debemos meditarlas para poder pedir racional y sanamente a Dios las provisiones materiales y espirituales que necesitamos.

Dios te bendiga

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